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Grandes bebedores de vino de la historia: líderes, escritores y artistas

El vino ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, pero ¿sabías que algunos de los personajes más influyentes de la historia fueron verdaderos apasionados de esta bebida?

Desde emperadores hasta escritores y artistas, el vino ha sido inspiración, compañía y hasta una herramienta de poder. Hoy te contamos quiénes fueron
los grandes bebedores de vino de la historia y qué los hacía tan especiales.

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🍷 Julio César: el conquistador del vino

Julio César (100-44 a.C.), el famoso líder romano, no solo conquistó vastos territorios, sino que también desempeñó un papel clave en la expansión del vino por Europa. Como general y estadista, entendía que el vino no solo era un placer, sino también una herramienta de cohesión social y política. Su gusto por los vinos de la Galia (actual Francia) contribuyó a que la región se convirtiera en una de las más influyentes en la viticultura.

En la antigua Roma, el vino era parte fundamental de la vida cotidiana, pero también un símbolo de estatus. César lo usó para fortalecer la moral de sus tropas y para afianzar alianzas con otros líderes. Durante sus campañas, se dice que nunca faltaba vino en los campamentos romanos, y esto ayudó a propagar la cultura vinícola por las regiones que conquistó.

A su regreso a Roma, César impulsó el comercio del vino y favoreció su producción en nuevas provincias. Su influencia indirecta en el mundo del vino sigue vigente hoy, pues gracias a la expansión romana, muchas regiones vitivinícolas actuales en Europa deben su origen a esta época.

👑 Luis XIV: el Rey Sol y su amor por Borgoña

Luis XIV de Francia (1638-1715), conocido como el “Rey Sol”, elevó el arte de la gastronomía y el vino a un nivel sin precedentes en la corte de Versalles. Su predilección por los vinos de Borgoña, especialmente el Chambertin, hizo que esta región ganara gran prestigio y que su producción se perfeccionara para satisfacer los paladares más exigentes.

A diferencia de otros monarcas, Luis XIV no bebía cualquier vino. Su preferencia por los tintos estructurados y elegantes de Borgoña marcó una diferencia en una época en la que los vinos dulces eran más populares. Se dice que incluso ordenó que su médico personal recomendara ciertos vinos por sus supuestos beneficios para la salud.

El impacto del Rey Sol en el vino no fue solo de consumo, sino también de regulación. Durante su reinado, se establecieron normas para la producción y distribución de vinos en Francia, lo que sentó las bases de muchas denominaciones de origen actuales.

🍷 Napoleón Bonaparte: el emperador del Chambertin

Napoleón Bonaparte (1769-1821) era un estratega en el campo de batalla, pero también un hombre de costumbres cuando se trataba del vino. Su elección favorita era el Chambertin, un vino tinto de Borgoña que consumía con regularidad. Sin embargo, tenía una peculiaridad: siempre lo rebajaba con agua, una costumbre que posiblemente heredó de las prácticas militares romanas.

A lo largo de sus campañas, Napoleón exigía que sus bodegas personales lo acompañaran. Se dice que nunca emprendía una batalla sin asegurarse de que tuviera suficiente Chambertin a su disposición. Este vino, conocido por su profundidad y elegancia, encajaba con su carácter fuerte y decidido.

Incluso durante su exilio en la isla de Elba y más tarde en Santa Elena, Napoleón siguió bebiendo vino, aunque con menos acceso a sus etiquetas favoritas. Hoy en día, su afición ha convertido a Chambertin en un vino con historia, asociado para siempre con una de las figuras más emblemáticas de Europa.

🇺🇸 Thomas Jefferson: el presidente enólogo

Thomas Jefferson (1743-1826) fue mucho más que el tercer presidente de los Estados Unidos; fue un verdadero amante del vino y un defensor de la cultura vinícola. Durante su tiempo como embajador en Francia, visitó diversas regiones vinícolas como Burdeos y Borgoña, quedando fascinado con la calidad de sus vinos.

A diferencia de otros políticos de la época, Jefferson se interesó profundamente en el proceso de producción, llegando a escribir extensos documentos sobre la importancia del terroir y las variedades de uva. Importó grandes cantidades de vino a Estados Unidos e incluso intentó establecer viñedos en su finca de Monticello.

Jefferson fue un visionario del vino en América y ayudó a popularizar etiquetas europeas en su país. Su influencia en la cultura vinícola estadounidense sigue vigente hoy, ya que sus escritos y su pasión inspiraron a futuras generaciones de productores y enólogos.

🥂 Winston Churchill: el amante del champán

Winston Churchill (1874-1965), el célebre primer ministro británico, tenía un lema muy claro: «El champán es necesario en la victoria y esencial en la derrota.» Su amor por esta bebida era tan profundo que su marca favorita, Pol Roger, incluso nombró una de sus mejores cosechas en su honor.

Churchill bebía champán a diario, acompañando sus comidas y reuniones de Estado con botellas de Pol Roger. Pero su amor por el vino no se limitaba solo al espumoso; también disfrutaba de los vinos de Burdeos y Oporto, lo que consolidó su fama como un verdadero conocedor.

Su pasión por el vino era tan grande que incluso en los momentos más duros de la Segunda Guerra Mundial, se aseguraba de que su bodega estuviera bien abastecida. Su legado ha dejado una huella imborrable en la historia del vino.

📖 Ernest Hemingway: tinta y vino

El escritor Ernest Hemingway (1899-1961) tenía una estrecha relación con el vino. Apasionado de los tintos de Rioja y Burdeos, consideraba que el vino era una fuente de inspiración y un placer necesario en la vida.

En sus novelas, el vino aparece como un personaje más, reflejando su importancia en su vida cotidiana. Se dice que Hemingway bebía vino con cada comida y que disfrutaba especialmente los vinos españoles, considerándolos perfectos para acompañar largas conversaciones.

Su amor por el vino quedó plasmado en obras como París era una fiesta y Fiesta, donde describe escenas de bares y tertulias regadas con buenos vinos

🎨 Salvador Dalí: surrealismo en la copa

El pintor Salvador Dalí (1904-1989) veía el vino como un arte. Publicó Los vinos de Gala, un libro en el que exploraba la relación entre el vino y la creatividad. Amante de los vinos franceses y españoles, Dalí consideraba que el vino debía beberse con una actitud excéntrica y disfrutarse con todos los sentidos.

Dalí no solo bebía vino, sino que también lo usaba como inspiración en su arte, viendo en cada copa un reflejo del mundo surrealista que tanto amaba.

📜 Pablo Neruda: el poeta del vino

El poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973) tenía una pasión inquebrantable por el vino. Su Oda al vino es una muestra de su amor por esta bebida, a la que describía como una “bebida de amor y de vida”.

Neruda veía el vino como un símbolo de la felicidad cotidiana, algo que debía disfrutarse sin pretensiones, pero con respeto. Su legado poético ha dejado una huella en la cultura vinícola, demostrando que el vino es también poesía en estado líquido.